El pasado viernes 9 de Septiembre visité las
exposiciones de William Blake en el Caixa Forum y Edward Hopper en el Museo
Thyssen. A continuación desarrollaré las impresiones que me han causado, así
como las partes que considero más interesantes.
La exposición de W. Blake me resultó muy inquietante,
no me encontré con lo que esperaba, quizás porque no era capaz de asociar
ninguna de sus obras a ningún elemento del mundo que me rodea, las situaciones
de sus grabados me resultaron fantásticas, misteriosas, se podría decir que
bíblicas ya que en ocasiones se podía captar el elemento moralizante propio de
las religiones, el enfrentamiento de lo claro y lo oscuro, en cierta manera el
contraste de dos ámbitos opuestos con los que podríamos identificar ciertos
elementos de la moralidad, como por ejemplo lo que está bien y lo que está mal.
He de añadir que por momentos no me sentí cómodo
rodeado de sus grabados, cómo si existiera una tensión que me obligara a
descifrar su significado o trasfondo, en ocasiones me era imposible
interpretarlos y en otras se asociaban fácilmente a lo que ya conocemos, por lo
tanto considero que tras sus obras existe una base cultural importante, una
visión que no depende de mí capacidad sino de mi envoltura cultural.
La obra de Blake me sobrecargó de emociones
distintas y contrarias, y en ocasiones el mensaje llegaba a ser tormentoso. En
definitiva una exposición recomendable que puede llegar a incomodar por el
misterio que ocultan sus grabados aunque tras cada uno de ellos se puede en
mayor o menor medida descifrar el mensaje.
Sin embargo la exposición del pintor americano E.
Hopper, me pareció algo bastante opuesto, y particularmente me gusto más porque
podía interpretar con mayor precisión lo que en sus obras expresaba.
Sus obras reflejaban situaciones que me parecieron
haberlas visto o incluso “vivido” antes, como si hubiera sabido lo que
aconteció antes y lo que va a suceder después del instante que marcan sus cuadros,
y es entonces cuando fui capaz de entender por qué se inmortalizó ese momento,
tal vez la forma en que los interpreté fuera errónea ya que tras un mismo
sentimiento pueden haber distintas razones, motivos o causas que lo producen.
Otra cosa que me sorprendió de sus cuadros era la
capacidad con la que adaptaba el entorno al objeto o al mensaje que quería
transmitir, en algunas de sus obras me resultó selectivo con lo que deseaba
mostrar aunque rara vez deformaba mínimamente el entorno, es decir, era como si
reflejase con fidelidad la realidad pero destacando lo que deseaba transmitir
al que observase su obra, por ejemplo me llamó la atención como para hacer que
la fluidez del tiempo dentro del cuadro fuera más lenta utilizase trazas poco
definidas y densas.
Para concluir destacaría de la exposición de Hopper
los distintos trasfondos que podrían adquirir sus cuadros, de tal forma que
parecen formar parte del guión de alguna película o del argumento de alguna
novela. Me ha gustado mucho esta exposición y la considero altamente
recomendable para todo el mundo.